“La impresión 3D va a reinventar la fabricación tal y como la conocemos hoy”.
¿Cómo afronta HP la transformación digital?
Como un proceso de transformación continuado. Siempre ha habido cambios pero, posiblemente, no con la velocidad y profundidad de los que estamos viviendo en la actualidad. La tecnología está cambiando y transformando de manera profunda todo, desde la forma en la que viajamos, nuestro ocio, o incluso como se eligen gobiernos, pero desde luego los modelos de negocio. HP se ha transformado también, se ha reinventado, para estar alineada con esta nueva era y con las nuevas necesidades de nuestros clientes.
¿Cuándo se inició el proceso dentro de su compañía?
Podemos trasladarnos a 6 o 7 años vista, que fue cuando empezamos a estar especialmente sensibilizados con el proceso de transformación tal y como lo entendemos actualmente. Sin embargo, para HP hay una fecha clave en todo este proceso, concretamente hace dos años, momento en el que tomamos la decisión de escindir nuestra actividad en dos compañías independientes.
¿Por qué reducir el tamaño?
Lo afrontamos como una decisión estratégica para estar mejor preparados ante el proceso de transformación. Hace 15 años parecía que lo importante era ser grandes. Adquirimos diferentes compañías y llegamos a facturar más de 120 billones de dólares. Pero mucho ha cambiado todo desde aquella época y nos dimos cuenta que cada vez resultaba más necesario que las empresas fueran ágiles, rápidas, y muy flexibles. Separarnos nos ha permitido ser más competitivos y adaptarnos a los cambios a mayor velocidad.
¿Desde entonces cómo ha evolucionado la empresa?
Hemos invertido grandes esfuerzos y nos hemos focalizado claramente en áreas como el gaming, la impresión 3D o la impresión A3. Esta adaptación ha resultado mucho más sencilla bajo la flexibilidad de haber aligerado la compañía, ya que nos ha permitido incrementar considerablemente nuestra capacidad de reacción.
¿En qué estado se encuentra el proceso de transformación digital en HP?
Nuestro lema es “Keep reinventing”, ya que consideramos que debemos estar reinventándonos constantemente. Podemos, más o menos, determinar cuándo se inició el proceso, pero resulta imposible vislumbrar su punto final porque como digo, esta nueva era obliga a transformarse de manera continua.
¿Cuáles son las Tecnologías clave en este proceso de transformación?
Por una parte, y por lo que se refiere a computación, todo aquello que tiene que ver con la realidad inversiva, es decir tener muy claro que las fronteras entre el mundo real y el digital se han ido difuminando hasta el punto de llegar a desaparecer. En nuestra vida cotidiana combinamos constantemente ambos mundos con la mayor naturalidad, cuando compramos cualquier producto en un comercio electrónico o cuando para realizar cualquier viaje o desplazamiento recurrimos a la tecnología para que nos ayude. Por otro lado, podemos citar la impresión 3D, también llamada fabricación aditiva, una tecnología que no es nueva, que ya existe desde hace más de 30 años, pero que la hemos reinventado para mejorar significativamente sus prestaciones, solucionando las carencias históricas que tenía
¿Cómo ha sido esta evolución?
Pues ha sido aquí, desde el centro de I+D que tenemos en Sant Cugat, el más importante fuera de los de EE.UU. La vocación innovadora de este centro y el talento de sus empleados nos ha permitido romper con las barreras tradicionales de la impresión 3D y ser capaces de imprimir productos estructuralmente más sólidos, y hacerlo de una forma mucho más rápida y económica, las 3 condiciones básicas para reinventar con ello la fabricación.
¿En qué se ha materializado este avance tecnológico?
La impresión 3D permite personalizar productos a un coste muy bajo y reducir a la mínima expresión la complejidad para la fabricación de determinadas piezas hasta ahora impensables. Aporta grandes ventajas respecto a la fabricación tradicional con moldes o fresado. Un ejemplo de ello, básico pero ilustrativo, sería una pieza tan sencilla como el silbato de un árbitro. La fabricación tradicional nos obliga a realizar el proceso en tres partes: la derecha del silbato, la izquierda y la bola que va en su interior. La impresión 3D lo simplifica y nos permite fabricarlo de una sola tirada y sin uniones entre piezas.
¿Qué sectores son más receptivos y están implementando mayoritariamente la impresión 3D?
En general, la fabricación aditiva o en 3D ya está presente en casi todos los sectores, a pesar de que se habla tanto de ella que en algunos casos se cae casi en la ciencia ficción al respecto de sus utilidades. Lo cierto es que con la tecnología que hemos creado ya podemos producir piezas finales, y no únicamente prototipos como hasta hace relativamente poco. En mi opinión es especialmente útil para aquellos sectores que requieran de piezas complejas y personalizadas, ya que la impresión 3D puede fabricarlas de manera mucho más fácil.
¿Nos puede poner ejemplos concretos?
La industria de la aviación necesita piezas que cumplan su cometido, por supuesto, pero que es fundamental que tengan poco peso. Se dice que una reducción de 1kg puede suponer ahorros por valor de 1 millón de dólares en la vida del avión. La impresión 3D permite fabricar determinadas piezas que se sabía que cumplían esas premisas, pero que con los mecanismos tradicionales no se podían fabricar o era muy costoso. También tiene gran utilidad en medicina, donde la personalización por ejemplo de determinadas prótesis es muy importante. Otra industria indicada es la del motor, por ejemplo en la Fórmula1, cuyos coches requieren de piezas muy complejas y con un alto nivel de personalización.
¿Cómo imagina el futuro a medio plazo?
Los cambios ahora son más rápidos y profundos que nunca. La tecnología avanza a un ritmo exponencial y convierte en exponencial todo lo que toca. En 5 o 10 años me imagino vehículos autónomos circulando por las ciudades, la inteligencia artificial totalmente presente en nuestras vidas, o como la conectividad 5G nos permitirá la hiperconectividad o movilidad transparente, estaremos permanentemente conectados, a altísimas velocidades , y además sin apenas latencia o retardos, con lo que será aplicada a servicios críticos que hoy todavía no se pueden ofrecer, como por ejemplo, ser operados por el mejor especialista médico que está en la otra punta del mundo.
Para finalizar, algún otro aspecto a destacar…
Hemos de tomar conciencia de que este proceso avanza muy rápidamente. La tecnología existe y seguirá desarrollándose, pero hace falta el talento humano para empujarla. En nuestro país tenemos un claro déficit de perfiles STEAM (Science, Technology, Engineering, Art and Mathematics) y necesitamos fomentar vocaciones para que de las universidades salgan un mayor número de futuros profesionales capaces de cubrir esta necesidad del mercado. Y esto tiene que ir acompañado de una profunda transformación del sistema educativo, adecuándolo a esta Nueva Era.